15 de mayo de 1949

Los procesos hasta llegar a la canonización de un santo a veces son muy rápidos, pero, en otras ocasiones, es cuestión de siglos. Este es el caso de santa Juana de Lestonnac. Aunque al día siguiente de su fallecimiento, ocurrido el 2 de febrero de 1640, el padre Champeils, de la Compañía de Jesús, animó a las religiosas a solicitar la beatificación de su fundadora, esta no llegó hasta el 23 de septiembre de 1900. Y aún tuvo que pasar medio siglo hasta su canonización. Este proceso tan largo se debió a muchas causas, entre ellas, los acontecimientos revolucionarios en Francia.
Fue el 19 de septiembre de 1934 cuando el papa Gregorio XVI concedió a Juana de Lestonnac el título de “venerable”, al introducir ese día solemnemente la causa de beatificación de la sierva de Dios.
El 19 de marzo de 1891, festividad de san José, el papa León XIII expidió, con todas las formalidades acostumbradas, el solemne decreto por el que declaraba que la sierva de Dios, Juana de Lestonnac, había practicado en grado heroico las virtudes teologales, de fe, esperanza y caridad, y las cardinales de prudencia, justicia, fortaleza y templanza.
Finalmente amaneció el 23 de septiembre del año santo de 1900, día en que León XIII inscribió en el catálogo de los beatos a Juana de Lestonnac. El acto se celebró en la basílica de San Pedro del Vaticano y a ella asistieron unas 50.000 personas, estando “en lugar preferente el Sacro Colegio de Cardenales, la Prelatura, la Corte Pontificia, el Cuerpo diplomático, la nobleza romana y muchas personas distinguidas”. Entre los sitios de distinción estaba el postulador de la causa, el padre Rafael Virili, y una pariente de la fundadora, a quien León XIII saludó personalmente.

León XIII, el papa que beatificó a Juana de Lestonnac. Fuente: Wikipedia
León XIII, el papa que beatificó a Juana de Lestonnac.
Fuente: Wikipedia

La causa de canonización de la fundadora siguió su camino desde entonces con buen paso. Pronto se habló del “milagro de Calella”, en la diócesis de Gerona, necesario para que la nueva beata fuera declarada santa. Se trataba de la curación de un cáncer abdominal de la hermana Carmen Gay y Coll el 11 de noviembre de 1920. La privilegiada después del milagro tomó el nombre de María de Lestonnac.
Un segundo milagro llegó unos años después en la casa de Tournemire, diócesis de Rodez, en una religiosa italiana de 33 años, que había ingresado en la casa de San Dionisio, en vía de Quattro Fontane, Roma, y destinada a Francia en octubre de 1935. Se trataba de la madre Adela (o Adina, según otras fuentes) Palombo, una pequeña religiosa de origen molisano que, de su tierra, había heredado un espíritu fuerte y combativo —muy en contraste con su diminuta complexión— y una gran fidelidad.
La madre Adela Palombo padecía una otitis crónica y purulenta, sordera total del oído izquierdo, vértigos y fiebre. Sufrió una primera intervención quirúrgica el 9 de diciembre de 1939, en Albi (Francia). El resultado fue cierta mejora, pero volvieron los vértigos. La enferma decidió no operarse de nuevo y regresar a la casa de Tournemire, donde siguió empeorando.

Madre Adela Palombo, milagrosamente curada por santa Juana de Lestonnac en Burdeos.
Fuente: https://colegiosons.es/fundadora/

La curación milagrosa de la laberintitis tuvo lugar el 1 de mayo de 1941, tras rezar una novena a la beata Juana de Lestonnac y después de interrumpir la medicación. La enferma oyó desde el lecho una voz que le dijo: “Levántate, estás curada” y sintió una mano sobre su cabeza. La curación fue total, repentina e inexplicable.
Tres meses después, el médico de la casa expidió un documento en el que confirmaba la curación completa y añadía que el cambio orgánico ocurrido instantáneamente no tenía una explicación natural. Otros controles, realizados a propósito del proceso apostólico, confirmaron la perfección y la firmeza de su curación.

Sellos pro canonización de la beata Juana de Lestonnac.
Fuente: https://www.todocoleccion.net/

Este indiscutible milagro hizo posible la canonización de la santa madre el domingo 15 de mayo de 1949, por el papa Pío XII.

Pío XII en la canonización de santa Juana el 15 de mayo de 1949. Fuente: Facebook
Pío XII en la canonización de santa Juana el 15 de mayo de 1949.
Fuente: Facebook

La notica la leemos en la hemeroteca en La Última Hora de Mallorca, con fecha del 16 de mayo de 1949:
En la basílica Vaticana se celebró el 15 de mayo de 1949 la solemne ceremonia de canonización de la beata Juana de Lestonnac. A las ocho, la procesión acompaña al santo padre, salió de la Capilla Sixtina y, por la escalera regia, bajó al templo, cantando el Avemaría. Formaban el cortejo abades, arzobispos y obispos, en número de setenta con mitra blanca y capa pluvial. Venían a continuación los cardenales e inmediatamente el pontífice, sentado en la silla gestatoria. Lo escoltaban los guardias nobles, con uniforme de gran gala, y los guardias suizos, con coraza; por último, los protonotarios apostólicos y miembros del Vaticano. A su entrada en el templo el papa fue acogido con una entusiasta ovación por los fieles.

Entrada de Pío XII en la basílica de San Pedro para la canonización de santa Juana el 15 de mayo de 1949.
Fuente: Facebook

El papa bendijo a la multitud. Ante el Altar de la Confesión bajó del sillón gestatorio y se arrodilló en el reclinatorio para hacer breve oración, yendo después al trono donde recibió la obediencia de los cardenales, arzobispos, obispos y abades.

 A continuación, hizo el prefecto de la congregación de ritos la petición para que su santidad se dignara incluir a la beata Juana de Lestonnac en el número de las santas. Tras la ritual invocación al Espíritu Santo, Pío XII, pronunció la fórmula especial en la que Juana de Lestonnac era proclamada santa: En honor de la Santa e indivisible Trinidad, para la exaltación de la fe católica y para el incremento de la religión cristiana, por la autoridad de Nuestro Señor Jesucristo, de los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo y la Nuestra; después de una honda deliberación y habiendo solicitado la ayuda Divina, el consejo de nuestros venerables hermanos, los cardenales de la santa Iglesia romana, los patriarcas, arzobispos y obispos presentes en la ciudad, Nos decretamos y definimos santa y Nos inscribimos en el catálogo de santos a la bienaventurada Juana de Lestonnac, estableciendo que su memoria deberá ser celebrada todos los años con una piadosa devoción en la Iglesia universal. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Tapiz con la imagen de santa Juana en la procesión del día de su canonización.
Fuente: Facebook

Seguidamente se entonó el Te Deum, mientras las campanas de la basílica eran lanzadas al vuelo e imitadas segundos después por todas las campanas de las iglesias de Roma. Después, el pontífice empezó la celebración de la santa misa, en honor de la nueva santa; después del Evangelio leyó la homilía, en la que Pío XII trazó un breve resumen de la vida de Juana de Lestonnac y después del ofertorio se celebró la tradicional ofrenda por los postuladores de la santa.

Tapiz de santa Juana el 15 de mayo de 1949 en la fachada de la basílica de San Pedro del Vaticano.
Fuente: Facebook

Desde entonces la fiesta litúrgica de santa Juana de Lestonnac se celebra el 15 de mayo.

Cerámica en la Compañía de María, en Talavera de la Reina, conmemorando los 75 años de la canonización de santa Juana de Lestonnac.
Fuernte: Archivo ONS Talavera