Para este apartado seguimos el TFG de la M. Irene Buendía Ibáñez: La Compañía de María de Talavera de la Reina: pasado y presente en una arquitectura escolar.
Una vez determinado que la fundación de la Compañía de María se llevaría a cabo en Talavera por contar con la presencia de los jesuitas, se barajaban dos opciones en cuanto a la elección del emplazamiento: se trataba de los dos desamortizados conventos de la Santísima Trinidad y de Santo Domingo.

Fuente: https://ruizdeluna.com/fotografia/postales-de-talavera-1904-1906/
Doña Elena de la Quintana, la donante, se decantó por el exconvento de Santo Domingo, porque se consideraba que el antiguo convento de los trinitarios estaba situado lejos del centro de la ciudad (en lo que hoy es la conocida calle Trinidad). De hecho estaba situado en el barrio formado en torno al camino que llevaba a la Sierra de San Vicente y era también el acceso al centro urbano de los viajeros que utilizaban la estación de ferrocarril a través del Paseo de la Estación. Delante del antiguo convento de la Santísima Trinidad se había creado un espacio abierto, amplio y expedito, en el que durante mucho tiempo se celebraron las ferias y que servía de concentración de viajeros y mercancías, por ser un cruce de comunicaciones. Por lo tanto, un lugar poco adecuado para la instalación de un monasterio de religiosas y un colegio de señoritas.

Fuente: http://autodidactaengeomatica.blogspot.com/
Doña Elena de la Quintana encomendó la restauración del convento de Santo Domingo a Francisco Rabanal y Fariñas, arquitecto de la Real Academia de San Fernando, que presentó el proyecto de obras que aún se conserva.

Fuente: Archivo ONS Talavera
Probablemente el matrimonio Peñalosa de la Quintana conocía al arquitecto por ser este el autor de muchas obras de los jesuitas y ellos tenían trato espiritual con estos religiosos. Esto podemos corroborarlo con dos documentos: el P. Félix Soldado era el director espiritual de doña Elena y esta señora además colaboró con donaciones a la construcción del convento de Granada de los jesuitas, también obra de Rabanal y Fariñas. Además, la colaboración del matrimonio y el arquitecto comenzó años antes de la restauración del convento de dominicos, pues Rabanal realizó algunas casas para ellos. Así se reflejan en varias cartas de 1887 de Francisco Rabanal a don Juan Nepomuceno.
Las reformas llevadas a cabo en el exconvento de Santo Domingo, a fin de convertirlo en un colegio para la educación de niñas, tuvieron amplio eco en la ciudad. Ya en la prensa de la época se informaba sobre el establecimiento de las nuevas escuelas. En lo referido a la Compañía de María, se dice que fue la segunda edificación de la ciudad destinada a la docencia y a esto se le añadía el correspondiente reconocimiento.

Fuente: https://prensahistorica.mcu.es/
También lo testifican los libros de registros de las actas de sesiones del Ayuntamiento de Talavera, que recogen la decisión del pleno municipal en 1897 de ensanchar y arreglar las calles contiguas al convento previendo que, con la apertura de las clases, habría una mayor afluencia de peatones por esta zona de la ciudad.

Fuente: Archivo Municipal de Talavera de la Reina
¿Qué sabemos de este arquitecto? Se cree que Francisco Rabanal y Fariñas nació en Cáceres el 15 de septiembre del año 1850. Su padre se llamaba Lázaro y era abogado. Su madre se llamaba Dolores. En cuanto a los hermanos conocemos la existencia de tres: Torcuato, que estudió Derecho, Manuel, oficial de 3ª y Bernardo.
La relación con este hermano fue trascendental para entender la trayectoria de Francisco. Bernardo era médico, pero dejó la profesión para ingresar en la Compañía de Jesús. En la religión desempeñó el oficio de enfermero, pero pronto llegó a ocupar puestos de especial importancia, como rector, por ejemplo, del Colegio de Nuestra Señora del Recuerdo, en Chamartín de la Rosa (Madrid). Fue este colegio precisamente el primero de los muchos encargos que los jesuitas hicieron a Francisco.
De la trayectoria profesional de Francisco sabemos que estudió en la Facultad de Ciencias de la Universidad Central, en Madrid. Además, formó parte de la Escuela Superior de Arquitectura, en la que fue discípulo de Francisco Jareño, profesor de la Escuela donde impartía Historia del Arte. Fue nombrado pensionado de mérito de arquitectura en 1878 de la Academia de Bellas Artes en Roma, donde estuvo desde octubre de 1878 hasta noviembre de 1881. Tras su estancia en Roma se quedó como académico de la Real Academia de San Fernando.

Fuente: Wikipedia
A partir de entonces comienza su trayectoria como arquitecto, sobre todo de colegios, iglesias y casas de la Compañía de Jesús. El primero de ellos fue el colegio-internado Nuestra Señora del Recuerdo o colegio de Chamartín, en Madrid, inaugurado en 1880, hoy desaparecido. Después llegó la ampliación del colegio de la Compañía de Jesús en Valladolid, la construcción del colegio de San José en Villafranca de los Barros (Badajoz) y el Colegio Máximo de la Cartuja, en Granada. También hizo los planos de la iglesias de la Residencia de la calle Isabel La Católica en Madrid, del Colegio Nuestra Señora del Recuerdo, del Sagrado Corazón de Jesús en Granada y de los jesuitas de La Coruña, hoy desaparecida.
Fuera de las obras no jesuíticas están la iglesia de San Patricio y el Colegio de Santa Susana, en Madrid, y la restauración de la iglesia y la construcción del colegio de la Compañía de María, en Talavera de la Reina.

Fuente: Archivo ONS Talavera