Las congregaciones marianas son asociaciones de la Iglesia católica que tienen como finalidad principal formar católicos íntegros, que busquen siempre la mayor gloria de Dios y de su santísima Madre, y la salvación de las almas.
Su origen se remonta a 1563 cuando el joven jesuita flamenco, Juan de Leunis, en el Colegio Romano de la Compañía de Jesús, crea la Congregación de la Santa Virgen con un grupo de estudiantes. Su idea era formar grupos de selectos de jóvenes que sirvieran de fermento en medio de la masa, con la ayuda de la Virgen María, a quien debían honrar y venerar de un modo especial.
Pocos años después, en 1584, el mismo año en que el padre Leunis fallecía, el papa Gregorio XIII erigió canónicamente la Congregación Mariana de la Anunciata del Colegio Romano, dándole el título de Primera y Principal (Prima Primaria). Lo innovador de las congregaciones marianas estaba en que eran las primeras asociaciones de laicos en la Iglesia.
Si en su origen fueron asociaciones para estudiantes, posteriormente aparecieron congregaciones también para otros grupos, como sacerdotes, nobles, mujeres, comerciantes, obreros, empleados, casados, solteros, soldados, etc. Lo que daba identidad a cada uno de estos grupos era su afiliación a la Congregación de la Prima Primaria del Colegio Romano.
Las congregaciones marianas pasaron de la Compañía de Jesús a la de María, de tal manera que en casi todos los colegios de La Enseñanza se establecieron las congregaciones de las Hijas de María, como eran conocidas con frecuencia.
Talavera no fue una excepción. No hacía un mes de la llegada de las monjas de la Orden de Nuestra Señora a la ciudad, el 22 de noviembre de 1899, cuando ya solicitaron del arzobispo de Toledo, el beato Ciriaco María Sancha y Hervás Sancha, el permiso para instalar la Congregación Mariana.
La solicitud de la priora, la M. Carmen Saavedra, lleva la fecha de 13 de diciembre y la respuesta a la instancia es firmada por el cardenal Sancha solo tres días después: el 16. Sin duda resulta muy llamativa la rapidez de la aprobación.
La razón es que no se trataba de erigir una nueva congregación mariana sino de instalar en nuestra iglesia la que había existido en el colegio de la Compañía de Jesús. En efecto, por lo que dice el documento de agregación a la Prima Primaria, la Congregación existía en la iglesia de los jesuitas de Talavera desde el 10 de diciembre de 1888 y de allí pasó a nuestra iglesia cuando los hijos de san Ignacio fueron expulsados de Talavera por el motín del Pan en 1898. Así que nuestra Congregación cumple ¡136 años! Verdaderamente se trata del movimiento apostólico más antiguo de la archidiócesis de Toledo.
No sabemos mucho de cómo estaba organizada la Congregación en sus primeros años. Algo podemos suponer por la correspondencia entre la M. Carmen Saavedra con la priora del convento de Manresa, la M. M.ª de los Ángeles Bach, en 1906. En estas cartas, la superiora del colegio de Manresa describe cómo funcionaba la Congregación Mariana en aquella ciudad catalana.
Estaba la Congregación organizada en diferentes secciones según la edad de las niñas: la Congregación del Niño Jesús para las niñas que no habían hecho aún su primera comunión, la de los Santos Ángeles para las menores de 19 años y la de la Inmaculada para las mayores de esa edad. Cada sección tenía su propia medalla: la del Niño Jesús y la de los Santos Ángeles compartían modelo, con las respectivas imágenes en el reverso y anverso. La Congregación de las mayores se llamaba se llamaba “de la Inmaculada y la beata Lestonnac” y en su medalla aparecían sus titulares.
Sobre los trámites, la M. M.ª de los Ángeles le comunicó a la M. Saavedra que primero habían pedido la aprobación a su obispo y después al padre general de la Compañía de Jesús, para que agregara la Congregación a la Prima Primaria de Roma, pues sin este requisito no se consideraba congregación mariana. Luego escribieron de nuevo al obispo para que les nombrara un director que recibiera a las congregantes y les impusiera la medalla. Además, había una madre encargada de llevar la Congregación.
En Manresa, en un primer momento, establecieron la Congregación solo para el internado pero posteriormente se abrió a las externas y a las antiguas alumnas, lo que tuvo mucha aceptación.
Estas fueron las pautas que recibió la M. Carmen Saavedra y que servirían para organizar a partir de 1899 en Talavera la Congregación Mariana de la Inmaculada.
One Reply to “El inicio de la Congregación Mariana en nuestra iglesia”
Muchas gracias, madres, por mantener la Congregación